sábado, 23 de febrero de 2013

Los desaparecidos de PEMEX


Familias buscan a 38 petroleros desaparecidos
Parece que se los comió la tierra...
Empresa, sindicato y gobierno se han desentendido
Foto
Los entrevistados, con fotos de sus familiares desaparecidosFoto Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 17 de febrero de 2013, p. 8
La asamblea del comité de huelga de la sección 49 del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM) de Cadereyta Jiménez, Nuevo León, para pedir un aumento salarial acababa de terminar y, saliendo del evento, un comando de encapuchados fuertemente armado secuestró a varios petroleros durante una semana: en total, fueron privados de su libertad 38, entre ellos el secretario general de esa sección.
Era mayo de 2007 y desde entonces el silencio de Pemex, del líder del STPRM, Carlos Romero Deschamps, y el resto de autoridades estatales y federales, que nunca se pronunciaron sobre este caso, sorprende e indigna a familiares de las víctimas, que continúan buscándolos.
Basados en las últimas informaciones que hablan de un remplazo de Romero Deschamps al frente de uno de los sindicatos más poderosos del país, luego de tres relecciones, 18 años en el poder, tres veces diputado federal y dos senador; los familiares ven una luz de esperanza con la posible llegada de un nuevo líder sindical, que por fin haga algo por los petroleros desaparecidos.
Mi papá era muy allegado a don Carlos (Romero Deschamps), era su amigo, pero él nunca hizo nada por él, ni por ninguno de los 38 petroleros desaparecidos, dice en entrevista Josué Hilario Vega Estrada, hijo del líder sindical de la sección 49, Hilario Vega Zamarripa, y sobrino del petrolero David Fernando Vega Zamarripa, también desaparecido.
Rosario Ibarra de Piedra, fundadora del Comité Eureka, no tiene dudas: Por estatutos, Hilario Vega Zamarripa era el sucesor natural de Carlos Romero Deschamps como líder nacional del sindicato. No sabemos si eso le molestó. Tal vez a eso obedece su silencio, dice en entrevista con La Jornada.
Casos similares
A los 38 petroleros desaparecidos en Cadereyta Jiménez se unen otros casos, como los 16 secuestros desde 2007; nueve en Tamaulipas, dos en Campeche, Veracruz y Tabasco y uno más en Nuevo León. En 2010 secuestraron a 10 petroleros, uno en 2009 y dos en 2008.
Hace ocho meses, petroleros que buscan la democratización de la sección 34 enviaron una carta a Felipe Calderón, porque las desapariciones ocurrieron durante su mandato y las familias de los petroleros desaparecidos quedaron en la indefensión:
“Los petroleros de planta, y en especial los que estaban comisionados y los que tenían cargos sindicales, fueron sacados de la nómina de tal forma que a partir de enero de 2009 ya no les depositaron su salario. El argumento fue que estaban comisionados por el sindicato y el 31 de diciembre de 2008 concluyó el periodo. Sin hacer ningún tipo de investigación, ¿sin saber que estaban desaparecidos? A los trabajadores transitorios les fue peor: a ellos les dejaron de pagar de inmediato, al no presentarse a laborar se les tomó como renuncia. Incluso se sugirió a los familiares que hicieran el trámite de fallecimiento”.
Y añaden: “¿Por qué los altos funcionarios de Pemex están empecinados en ocultar información y en no reconocer la desaparición de 38 trabajadores de esa industria, entre el 16 y el 21 de mayo de 2007? Cuando sus familias existen y están tratando por todos los medios de dar con ellos y encontrarlos. Como ellos dicen, ‘vivos se los llevaron, vivos los queremos’... Porque en realidad es impresionante que desaparezcan 38 personas y las autoridades se queden calladas, y cuando las familias de los desaparecidos les preguntan, digan que no saben nada. Este hecho no puede ser más lamentable”.
Vega Estrada afirma que los familiares de los 38 petroleros desaparecidos se sienten abandonados tanto por Pemex como por el STPRM: Nos dejaron solos. Se supone que un líder sindical está para proteger a sus agremiados. En este caso, don Carlos (Romero Deschamps) nos abandonó. No hemos visto nada. Ellos están desaparecidos, no muertos, y Pemex sólo se amparó con los permisos.
Los familiares interpusieron denuncias ante la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León, la Procuraduría General de la República, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), pero no hubo ningún resultado.
Nadie los está buscando. Tampoco nadie pidió rescate, dice Nelson de Jesús Vega Estrada, hijo del líder petrolero desaparecido, al señalar que en su familia hay 10 trabajadores de Pemex y recordar que en 2007 hubo más de 100 desaparecidos en Cadereyta Jiménez, Nuevo León.
Desapariciones forzadas
Las familias de los 38 petroleros desaparecidos han tenido que soportar el estigma que cae sobre los secuestrados: Hay gente que dice que andaban mal, pero si hubiera andado mal mi padre lo hubieran presentado ante las autoridades, nos hubieran cateado o incautado nuestras propiedades. O nos hubieran matado a nosotros, dice Josué Hilario, al tiempo que pide justicia para todos.
Parece que se los comió la tierra. Nadie habla de ellos, a nadie parece importarle. Nadie le mueve. Están en el limbo. Y no es justo. Es muy duro para todos, sobre todo para nuestros abuelos, porque son dos hijos desaparecidos. Seguimos con la esperanza de que van a aparecer vivos. No sé qué haya detrás de todos estos casos. Debe haber algo.
Las hipótesis sobre la desaparición se centran en agentes del Estado o del mismo sindicato petrolero: Son desapariciones forzadas. La palabra levantones “es la forma vulgar de decir desaparición forzada, un delito tan grave”, dice de manera contundente Rosario Ibarra de Piedra.
Son trabajadores que estaban luchando por sus derechos, pero aquí consideran al petróleo de ellos y no del pueblo de México, y eso es lo más grave. Se trata de desapariciones forzadas. Tenemos que seguir luchando para que esto no se repita y los dejen libres. Sus compañeros tienen en sus manos el derecho de rescatar a los desaparecidos. Ellos deben protestar para que los entreguen y los saquen de donde los tengan, dice.
Desde un principio, Ibarra de Piedra asumió la defensa de los 38 petroleros desaparecidos. Dice que existe la posibilidad que el secuestro lo hayan hecho fuerzas del Estado como el Ejército, la Marina o las policías.
No hemos dejado de pedir que los entreguen, que los regresen. Los campos militares y las bases navales son los lugares idóneos para que el mal gobierno se lleve a la gente. Son inexpugnables.
Y añade: A muchos se los ha llevado el Ejército. La mayoría han estado en campos militares, bases navales, según nos dijeron algunos de los rescatados.
A sus 86 años, sigue activa y comprometida con las causas más justas y está convencida de que las desapariciones de petroleros tienen un común denominador:La amalgama del grupo petrolero tiene influencia y puede hacer cambiar importantes decisiones. El petróleo es una de las riquezas del país y si ellos están bien organizados tienen una fortaleza de defensa de sus derechos y eso puede molestarle al gobierno.

jueves, 14 de febrero de 2013

Maude Versini & Arturo Montiel


Ex esposa de Arturo Montiel teme que éste se beneficie con el arribo de Peña al poder
Sería monstruoso un intercambio de Cassez por mis hijos: Maude Versini
Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de febrero de 2013, p. 10
¿Fue un intercambio entre países la excarcelación de Florence Cassez a cambio de la permanencia en México de los tres hijos de Arturo Montiel? Esa posibilidad es uno de los grandes temores de la francesa Maude Versini, madre de los pequeños retenidos por el ex gobernador del estado de México: Sería monstruoso hacer un intercambio así. Perdería a mis hijos y no los puedo perder. Voy a seguir luchando por ellos hasta que me muera. Los voy a recuperar a como dé lugar.

Versini ha pasado los últimos 14 meses sin ver a sus hijos. Sus días se prolongan en la angustia y la desesperación por la lentitud de la justicia mexicana, que en un principio le dio la razón y ahora avanza a paso de tortuga para devolverle a sus pequeños.
La llegada de Enrique Peña Nieto a la Presidencia podría significar también el beneficio judicial a Montiel para concederle la patria potestad de sus hijos a cambio de la entrega de Florence Cassez: Sería una jugada muy injusta. Se demostró mediante los juicios en México y del procurador de Justicia de Francia que yo no tenía nada que ver con el maltrato argumentado y que no era justificado. Se ha demostrado tanto en México como en Francia que yo no soy una mala madre y que amo a mis hijos, dice a La Jornada.
Versini se resiste a creer que ambos países hayan hecho un acuerdo extrajudicial sobre su caso, pero sabe que cualquier cosa puede pasar: Los franceses no creo, aunque todo puede ser posible. La verdad no sé. No podré estar segura jamás. Lo que me da miedo es que el licenciado Montiel haya metido la mano en este procedimiento judicial. Temo que estos juicios no sean imparciales.
Sabe que existe gran influencia de su ex marido sobre Peña y que puede existir un acuerdo de Estado por encima de lo legal: Es su mentor político. Tengo miedo, porque Montiel siempre ha tenido el brazo muy largo. Tengo miedo porque hay un vínculo entre Montiel y la cúpula de los priístas. Estoy angustiada porque temo que ejerza presiones. Temo no tener un juicio transparente, honesto.
Dice que ambos países deberían respetar los convenios internacionales y apegarse a la ley: Aunque les cueste trabajo devolvérmelos porque son hijos de Montiel, habrá que hacerlo. Ni modo. Aunque lo quieran apoyar, no pueden dejar que esos niños se queden con un padre que los ha retenido de manera ilegal.
Ruptura y retención
Maude Versini conoció a Montiel en 2001, cuando lo entrevistó para un reportaje especial. Un año después, el 23 de junio de 2002, se casó con él cuando era gobernador del estado de México. De esa unión nacieron en Huixquilucan, estado de México: Adrián y Sofía (23 de marzo de 2004) y Alexi (21 de julio de 2005).

Tras cinco años de matrimonio, el 29 de noviembre de 2007, se divorciaron y se acordó la custodia a la madre con domicilio principal en París. Su padre los vería durante las vacaciones. Y así fue hasta diciembre de 2011, cuando Montiel, de manera unilateral, decide retener a los niños con el argumento de supuesto maltrato de la madre a los hijos.
Los testimonios de las niñeras contratadas por el mexiquense fueron fundamentales: Fue una mentira. No voy a maltratar a mis hijos delante de niñeras que fueron escogidas por mi ex marido. Es una barbaridad.
Y así lo demostró tras una investigación y cientos de testimonios. En marzo pasado, el procurador general de Justicia de Francia descartó situación de maltrato. La estrategia de Montiel, cuenta Versini, es en realidad una venganza, porque ella no ha querido regresar con él: Fue una trampa que armó. Me dejó creer que teníamos una buena relación. Me dejó creer que estaba contento cuando nació mi hija. Me dejó creer que estaba contento con su vida. No sé si todo esto es su venganza por haberlo dejado y por haberme regresado a vivir a Francia.
Asegura que sus hijos, que nunca los vieron juntos, le decían que regresara con su papá: “Mis hijos me decían: ‘Mamá, ¿por qué no te regresas a vivir con papa?’ Cuando me separé los grandes tenían dos años y Alexis uno. Imagino que eso se los dice Montiel. Él me lo estuvo diciendo muchas veces al teléfono. Me hizo proposiciones para volver. Me decía: ‘¿Por qué no empezamos de nuevo todo?, ¿por qué no lo intentamos de nuevo?’ Él ya estaba casado y yo también. Le decía: ‘eso ya terminó’. Nunca le di esperanzas.”
Montiel se volvió a casar después del divorcio. En 2009 ella se casó con Philippe Lancry, con quien tuvo a su hija Tara, actualmente de cuatro años: “Desde que he vuelto a hablar con los medios, el señor Montiel ya no me quiere pasar a mis hijos. Me castiga. Cada vez que abro la boca, cada vez que hago una declaración se molesta y ya no me toma las llamadas. Yo llamo diario para hablar con mis hijos y no me contesta. Le escribo mails y los guardo para mis hijos. Quiero que sepan cuánto he luchado por ellos. Todo lo que hago lo guardo como prueba; testimonios para mis hijos, para cuando estén más grandes y puedan entender exactamente lo que ha pasado. Lo que me está haciendo vivir es monstruoso, de verdad. Ya no sé qué hacer”.
Política y justicia
Los niños viven en una casa de Montiel denominada Los Encinos, en el kilómetro 44.5 de la carretera México-Toluca, municipio de Lerdo, estado de Mexico.

Versini buscó al Ministerio de Justicia francés para denunciar el secuestro y empezó un juicio internacional en marzo pasado en un tribunal federal de Toluca. En mayo ganó el juicio y se ordenó a Montiel regresar a los niños a Francia, pero él apeló. En julio pasado, Versini ganó el juicio de apelación, pero Montiel se amparó en agosto.
Desde entonces, la audiencia para ese amparo ha sido pospuesta. La última fecha será el 20 de febrero: “Creo que en un principio no pudo hacer nada, porque gané en las dos primeras instancias. Fue transparente y leal la juez. Pero desde agosto estoy atrancada, totalmente perdida, esperando para que me den fecha para la audiencia y para que traten mi asunto que se ha convertido en la papa caliente de la que nadie quiere hablar ni ver. Cuando vino Peña a París me pregunté si tocó el tema: Les devolvemos a Florence Cassez, pero nos quedamos con los niños de Versini y Montiel, dice.
El miércoles 7 de febrero sostuvo una reunión con el equipo del presidente François Hollande: Eramos 12 en una mesa hablando de mi asunto. Yo les comenté mis miedos, y ellos lo descartaron, pero claro, tampoco me lo van a decir, si así fuera. Me dijeron que, al contrario, que habían tocado mi tema y dicho y mostrado su preocupación por el asunto Versini-Montiel, y que el señor Peña había comentado que era un asunto estrictamente privado, pero que apuntaban y anotaban y se quedaba como asunto pendiente, pues.
Sin embargo, Versini no ha podido hablar ni con Hollande ni con Peña: Su director de Comunicación me aseguró que el presidente francés seguía mi caso de cerca. Que no me iba a abandonar, que estaba muy pendiente de todo.
El lado oscuro
Versini asegura que ella se casó con un Montiel diferente, quien cambió recientemente: “Cuando me dicen ‘tú sabías con quién te casabas’. Pues no. Yo me casé enamorada de un hombre distinto. No conocía el lado oscuro de Arturo. Ese lado lo conocí después. De hecho, después de cuatro años separados con nuestras vidas rehechas, yo no hablaba mal de él. Descubrí la otra faceta de Montiel apenas.

–¿Usted no vio el lado oscuro de Montiel antes de casarse?, por ejemplo, ¿no vio su enriquecimiento ilícito?
–Yo lo conocí con ese patrimonio en 2002. Ya era gobernador y tenía cierto nivel de vida. Quizás la gente que lo conocía antes puede decir oh là là, si se enriqueció muchísimo. Yo lo conocí ya rico, entre comillas.
–¿Por qué cree que le está haciendo esto?
–No sé qué busca este señor: ¿vengarse?, ¿recuperarme?; no sé si es su amor propio y su voluntad de hacerme daño, lastimarme. Es insoportable. Es un infierno. Es como un túnel del cual no salgo y no veo ni siquiera la luz. Estoy totalmente en la oscuridad. Vivo pensando a veces que nunca los volveré a ver.
Entre sus mayores preocupaciones es que Alexi es autista y necesita cuidados especiales: Es un niño que necesita a su mamá. Lo vi de lejos cuando fui a buscarlo al colegio y le dio miedo verme. Le han dicho tantas cosas horribles de mí, que se espantó. Eso me destroza. Vivir esto es terrible.
Lo peor, dice, es que Montiel prácticamente no está con ellos, los deja con niñeras, hermanas y otros parientes. Su intranquilidad es que ambos tienen distintas formas de educar: El papá los ha comprado. Les compra todo lo que quieren. Cosas que yo no quería ofrecerles. Yo eduqué a mis hijos con muchas reglas, disciplina y valores: el esfuerzo, el trabajo, el respeto. Yo no quería pudrir a mis hijos como muchas veces las personas con dinero y poder económico hacen. Ahora viven con el papá en México y es el Club Med. Les compra todo lo que quieren. ¿Cómo voy a luchar?... Yo no tengo cocineros, meseros, choferes, guardaespaldas. Yo tengo una vida normal en Francia.
Insiste: Lo único que quiero es un juicio honesto, transparente, leal. No quiero que Montiel intente comprar a nadie, ni presionar. Busco justicia. Justicia se hizo en Francia, donde declararon que nunca maltraté a mis hijos y, si fue así, quiero que me los devuelvan.

martes, 5 de febrero de 2013

Vallenato, drogas y marginación


La masacre del grupo Kombo Kolombia ha generado miedo entre los ejecutantes
Droga y violencia en Monterrey; muertes al compás de la música
En los funerales, a los 17 muertos los despidieron con canciones a ritmo de vallenato
Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 3 de febrero de 2013, p. 32
Se fue una voz/ se fue un amigo/ se fue el cantor, dice el vallenato que retumba en el cementerio municipal de San Jorge, en Monterrey, Nuevo León, donde sepultaron a varios de los 17 integrantes del grupo Kombo Kolombia a ritmo de música colombiana; un sonar ligado a la marginalidad, que en sus inicios era de pandilleros y drogadictos y se fue extendiendo socialmente hasta adentrarse en el gusto musical de algunas bandas del crimen organizado.
A Monterrey se le considera la segunda capital mundial del vallenato, después de Valledupar, Colombia; una música que empezó a escucharse en la década de los sesenta gracias a los sonideros del barrio de San Luisito, en la colonia Independencia, y después se convirtió en subcultura de miles de jóvenes, la mayoría de colonias populares.
Al ritmo de vallenato despidieron al Kombo Kolombia Foto: Sanjuana Martínez

Pese a la violencia, el ámbito festivo de este ritmo permitía, con ciertos riesgos, a un centenar de grupos como el Kombo Kolombia amenizar los bailes de tardes y noches en bares, cantinas y salones, pero la matanza de músicos, más de 60 en los años recientes, ha generado miedo y éxodo para este tipo de trabajo.
Ya no voy a tocar, me voy a quedar sólo con la chamba de obrero, dice el guitarrista Abraham Galván, El Bubu, del grupo Luz de cumbia, quien debido a la inseguridad hace unos meses buscó trabajo en una fábrica: Me dan mil pesos a la semana, muy poquito, pero es preferible. Es mejor dejarlo a estar siempre en riesgo. Aquí ya no se puede ser músico.
El vallenato regiomontano
Está esperando con una guitarra el cortejo fúnebre de sus amigos: Javier Flores Valencia, José Francisco Jiménez Díaz y José Francisco Rostro, tres miembros del Kombo Kolombia con los que formaron varios grupos: Vengo de enterrar a mi primo en Santa Catarina. Se llamaba Édgar Dimas y tocaba el trombón. Teníamos planeado juntarnos todos este fin de semana, pero nos los quitaron, se los llevaron.
Kombo Kolombia tenía tres años de haberse integrado, pero antes tenían un grupo llamado Lamento colombiano: Ellos eran buenos chavos, como nosotros. Duele que digan que andaban mal, duele que les hayan hecho eso. Todos vamos a morir algún día, pero la forma no se la merecían, dice el guitarrista.
La matanza de los 17 integrantes de este grupo, en un rancho de Mina, Nuevo León, donde fueron lanzados a una noria, ha dejado consternada a la comunidad musical. Las hipótesis de las autoridades es que el Kombo Kolombia fue contratado por Los Zetas y el cártel del Golfo llegó al bar La Carreta y los mató en venganza; otra es que los músicos debían dinero a Los Zetas y fueron masacrados por ellos.
Si era una fiesta de ellos, uno no tiene por qué saber, uno anda trabajando, vamos sobre un pesito para llevar a la casa, ¿me entiende? No preguntamos a dónde vamos, vamos a tocar nada más. Simplemente tratamos de llevar algo para comer.
Javier Flores tocaba el acordeón y Armando Moreno, El Tartán, decidió venir a darle el último adiós, cantando y tocando vallenato. Un día antes de la masacre le había hablado para juntarse a tomar, pero no pudo ir: “Justicia no se puede pedir, porque no hay. Es nomás venir a despedirlo y a cantar las canciones que a él le gustaban: Se fue el cantante y El adiós y las de Diómedes Díaz, como La reina.
Indignado, pregunta: ¿Usted cree que si uno anduviera en eso los hubiéramos enterrado en este panteón municipal, el más pobre de todos? El dinero se nota, hasta en el vestido. Somos gente humilde, de barrio, obreros, albañiles. Pero la tocada la vamos a dejar sólo para los amigos, entre nosotros nomás. Hay miedo.
Seplio de uno de los integrantes del Kombo Kolombia. Fotos: Sanjuana Martínez 
Para el antropólogo y trabajador social Lorenzo Encinas, mejor conocido comoNicho Colombia, por su programa musical en la radio, recientemente suprimido debido a la inseguridad, esa música Sudamericana fue adoptada por las pandillas en los años ochenta. Cuenta que la mayoría son autodidactas y pese al gran universo que representa, esta manifestación musical sigue circulando a través de la informalidad, sin que ninguna disquera se interese en ellos.
Cumbia, droga y diversión
El universo cholombiano, por la mezcla de cholos y la música colombiana, sigue vigente mediante la piratería y las producciones caseras. En alrededor de 200 colonias populares con más de 30 mil pandilleros, Los Zetas encontraron un “semillero de sicarios, adictos y narcomenudistas” y controlaron el negocio de la piratería y la informalidad musical: No era la primera vez que ellos tocaban en esos lugares. Su música gusta a este tipo de grupos de la delincuencia organizada. Y aunque la música es de todos, puede ser una línea de investigación.
Kombo Kolombia y otros grupos conocidos en la ciudad han actuado en lugares donde ocurrieron masacres alrededor de los llamados giros negros –El Dorado, Sabino Gordo y La Eternidad–: Hay muchas lecciones para los grupos. La sensación de pérdida y miedo es enorme. El trabajo de músico se ha convertido en algo peligroso porque no saben qué va a pasar en los bailes. Esta última matanza marca un antes y un después, afecta a todo el ámbito musical colombiano de Monterrey.
 Javier "El Paya" del Kombo Kolombia en la imagen Foto: Sanjuana Martínez
Los bailes entre semana, sábados y domingos se realizan en salones de San Nicolás, Escobedo, Santa Catarina, San Bernabé, Guadalupe o Apodaca... lugares convertidos en auténticos quemaderos de mariguana y donde abunda todo tipo de droga de calidad y bajo costo: “Ciertamente la droga es una especie de violencia simbólica. Ellos han sufrido desatención del Estado. No hay política pública en materia juvenil ni específicamente para la diversión. La hegemonía social es una fiesta y ellos no han sido invitados, siempre han estado marginados, lo mismo su música que permanece en el ámbito subcultural, underground. Y aunque mueve a millones de personas de todo tipo, sigue siendo considerada como música de pandilleros o drogos”.
Durante los funerales, grupos de amigos de los 17 jóvenes organizaron improvisados conciertos afuera de las funerarias o en los cementerios. El baile colombiano de Monterrey es peculiar y diferente al original de Colombia; aquí incluso tiene un paso agachadito simulando inhalar de una bolsa: “Kombo Kolombia se convirtió en el grupo preferido de la chaviza regiovallenata. Tocaban música estilo corralero, predominantemente bailable y prendió entre la raza. Funcionaban como grupo de amigos, igual que todos. Ninguno tiene disquera, graban su música en las presentaciones”.
El cantante Ricardo Rodríguez empezó en la música colombiana desde los 16 años. Inició un grupo con Javier El Paya, uno de los ejecutados del Kombo Kolombia, que era acordeonero de teclas y botones. Lo bautizaron Conquista vallenata: “Ganamos un concurso y grabamos un disco. Luego hicimos Vallenatos de la cumbia y ahora tenemos Escándalo vallenato. En este mundo todos nos conocemos. Es muy duro perder a 17 amigos de un solo fregadazo”.
Tocar donde nos contraten
             Chuy Rodríguez de "Los jilgeros del Norte". Foto: Sanjuana Martínez
El percusionista Mario Alberto Navarro, de 37 años, dejó de tocar hace un par de años debido al riesgo que representa: “Nosotros no sabemos si son fiestas zetas o de quien sea, es trabajo. Donde esté la tocada vamos, no preguntamos para quién es. Es muy difícil, por eso es mejor dedicarse a otra cosa”, al comentar que actualmente trabaja en la construcción.
El baterista José Natividad Hernández Torres, con 32 años de experiencia, camina por una senda del cementerio rumbo a la tumba de uno de los integrantes del Kombo Kolombia: Nos acusan de que tocamos para los malos. Si nos contratan, tenemos que trabajar para llevar el sostén a la familia. Exigimos justicia, que no quede impune. Después de esta matanza van a venir otras y no queremos vivir en eterno terror y miedo.
Vestidos igual, con sombrero, chaleco, pantalón de mezclilla y botas, Florentino Valdez y Chuy Rodríguez, de Los jilgueros del norte, aseguran que el trabajo de músico esta considerado de alto riesgo porque actúan en ranchos, pueblos y municipios alejados de las ciudades: Sales a tocar y no sabes si vuelves