domingo, 20 de mayo de 2012


Cadereyta, entre los Zetas y el CdeG
Según la DEA, es una de las principales rutas de tráfico de droga y personas
Aterrados por bandas del narco, en Cadereytasólo confían en Dios
Víctimas de secuestros, robos y extorsión, pocos hablan de los 49ejecutados
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Protesta frente al palacio de gobierno por la reciente ejecución de 49 personasFoto Sanjuana Martínez
Sanjuana Martínez
 
Periódico La Jornada
Domingo 20 de mayo de 2012, p. 11
Cadereyta Jiménez, NL. Eran las 3:30 de la madrugada cuando Antonio Ovalle Escobedo escuchó el canto de los gallos y se levantó para ir a visitar a su hijo a Reynosa.
En pocos minutos se arregló, se preparó un café y comió una pieza de pan dulce; luego salió a la calle para abordar el autobús que va de Pueblo Nuevo al casco urbano; sólo él y una mujer –junto al chofer– ocupaban el vehículo cuando al salir a la autopista, a la altura del kilómetro 47, en el poblado de San Juan, un alboroto los obligó a detenerse de manera repentina:
Nos asustamos. Eran cuerpos humanos tirados a la orilla de la carretera; unos estaban en bolsas, eran muchos. Nos impresionamos. Luego luego los federales nos mandaron para atrás y dimos la vuelta por las brechas para entrar a Cadereyta.
Antonio tiene 75 años; usa sombrero vaquero, camisa a cuadros y cinturón piteado. Esta plácidamente sentado a la sombra de un árbol en la plaza principal de Cadereyta cuando comenta que aún no se repone del susto provocado por la imagen de los 49 dorsos y el mensaje encima de algunos cuerpos: Esto va para todos los Golfos, Chapos, Marinos, Huachos y Gobiernos, nadie nos va a poder hacer nada se la van a Pelar Atte: Loco, Z40 y Comandante Lazcano.
Feudo del cártel del Golfo

Habla bajito; voltea constantemente a los lados porque dice que los malitosandan por todas partes. Explica que este pueblo cambió desde que Felipe Calderón declaró la guerra al narco y hace cinco años el cártel del Golfo (CdeG) lo convirtió en su feudo por la riqueza ganadera y agrícola, particularmente por la prosperidad alrededor de la refinería de Pemex.
La paz del pueblo, conocido como la capital escobera de México, se fue convirtiendo poco a poco en la pax del narco. Los ranchos fueron saqueados odecomisados; el campo exterminado, los negocios asaltados, los ejidos atacados. La ola de secuestros fue afectando a cada uno de los habitantes, sus familiares o conocidos. Los policías y algunas autoridades municipales se unieron al bando criminal y la población quedó en la indefensión total.
Antonio tuvo 12 hijos, pero vive solo. Enviudó hace 30 años y la última mujer con la que vivió en amor libre –como él dice– lo largó hace una década. Desde entonces –comenta– se impuso a estar solo: “A lo que no me impongo es a esta matazón. Aquí andan los rejegos, matando y levantando gente. Se la llevan de aquí, de la plaza. ¿A dónde vamos a llegar? Echaron a perder el pueblo”.
Hace un mes, al lado de esta misma plaza apareció un hombre decapitado, el cual se sumó a los 18 ejecutados entre abril y mayo, incluidos nueve burócratas del municipio. Desde enero la cifra había alcanzado 112 muertos, sin contar los robos, secuestros y despojos de propiedades que el crimen organizando va incluyendo en su botín.
Aquí esta el nido de ellos (CdeG). ¿Por qué apenas se dan cuenta?, dice un empresario reunido con otros 200 hombres de negocios en el Club de Leones del pueblo. Las organizaciones que los agrupaban fueron desintegrándose por miedo y amenazas. Hoy están dispuestos a volver a empezar para tener una voz y denunciar los crímenes que vienen sufriendo desde hace años.
En este lugar, como en tantos otros de México, impera la ley del silencio. La gente sufre las consecuencias de la violencia bajo las reglas del narco. A la llegada del cártel del Golfo le siguió el arribo de Los Zetas. Ambos se disputan actualmente el territorio y las ganancias no sólo del narcomenudeo y el paso de droga, sino de la delincuencia común, que también tiene otros competidores.
Desde que ya no hay policías ni tránsitos, Cadereyta quedó en paz, dice Francisco Marroquín. “Bajaron las extorsiones, los robos y las amenazas. A mí me consta cómo los policías a las ocho o nueve de la noche secuestraban gente que andaba en la calle. Le quitan reloj, celular, cartera, todo lo que traiga, y luego lo tiran afuera del pueblo. ‘Y no te quejes, porque te meto al bote’”, les advertían.
Hace unos meses, autoridades federales y estatales arrestaron a Rolando Natividad Ríos Reyna, quien era director de la policía, cuatro de sus escoltas, 16 agentes, ocho efectivos de Tránsito y dos jueces calificadores de la Secretaría de Vialidad. Los que no fueron detenidos, renunciaron. El pueblo se quedó poco a poco sin autoridades de seguridad, como en una veintena más de municipios. Hace un año la presidencia municipal fue rafagueada con cuernos de chivo a las 3 de la tarde, y desde entonces el alcalde priísta, Eduardo Javier de la Garza Leal,recomendó aceptar un toque de queda a partir de las 7 de la tarde. A esa hora la plaza y las calles están vacías. Son pocos los que se atreven a salir con el sonido de fondo de las balaceras.
La última estrategia del gobernante para frenar la ingobernabilidad fue nombrar la semana pasada al ex general Ricardo César Niño Villarreal como jefe de policía:Es un militar retirado y viene a poner orden, a trabajar para el bien del municipio, dijo el alcalde en una escueta ceremonia de toma de posesión, sin personal.
La presidencia luce semidesierta. El alcalde no está y su secretario, Carlos Rafael Rodríguez Gómez, tiene dos meses en el puesto y se niega a opinar de la masacre de 49 personas. No damos declaraciones por motivos de seguridad. Preferimos no hablar, la cosa está muy fea, argumenta.
Los cárteles han incursionado en nuevos negocios, además del tráfico de drogas y de personas, con el secuestro y extorsión de migrantes. Aquí, el robo o la ordeña de combustible es un negocio redituable. Hace dos meses, la Procuraduría General de la República presentó a siete personas como responsables de haber robado a Pemex 150 mil litros de combustible entre Cadereyta y Reynosa, con un valor de un millón y medio de pesos.
Según la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), Cadereyta es una de las principales rutas de tráfico de indocumentados y de cocaína, además de robo de combustible, y un lugar disputado por Los Zetas,los cárteles del Golfo y de Sinaloa. El municipio es un puente estratégico de droga y colinda con plazas controladas por Los Zetas, como Juárez, al oeste, pero también con territorios muy disputados al sur que en este momento son campos de batalla, como la zona cítricola de Allende, Montemorelos, Santiago y General Terán.
Estamos rodeados. La gente sabe que Dios es su única esperanza de seguridad, dice el párroco del pueblo, Gerardo Bazaldúa. La gente está muy las- timada por la situación. Son constantes los secuestros, la muerte de un familiar e incluso asaltos aquí en las esquinas de la plaza. Vienen buscando la única seguridad que tienen: Dios.

Hace unos días, las paredes de la iglesia de San Juan Bautista amanecieron con la pinta: CdeG. Los policías federales llegaron a las pocas horas a cuestionar al sacerdote. Nos preguntaron quién había pintado las paredes. Si somos las víctimas, ¿cómo saber? Rayar la casa de Dios es una falta de respeto.
El padre Gerardo es bajito, corpulento y canoso. Tiene 33 años y lo trasladaron aquí hace ocho meses desde el municipio de Guadalupe, otra zona sitiada por el crimen organizado: Tal vez porque vieron que soy bien aventado y no tengo miedo de recorrer las veredas y los ranchos.
En esta situación de crisis, recomienda ayuno y abstinencia para fortalecer la voluntad y evitar el mal. En su sermón de la misa de este día, el cura habla sobre la reciente masacre de 49 personas. Esto nos cuestiona sobre el sentido de la vida. Ver la manera tan atroz en que tratan a la persona, que aparte de matarla la destazan y descuartizan; es algo que va fuera de la mente del hombre.
De atrocidades sabe Jesús Garza. Su hijo de 52 años fue víctima de secuestro el pasado 2 de noviembre. “Les dimos el rescate y nos dijeron ‘vayan a recogerlo a la loma’. Y allí lo encontramos, descuartizado”, dice aguantando el llanto. En 1973 se trasladó de Ramones a vivir a Cadereyta con sus ocho hijos. Nos tocó la de malas. Era un pueblo muy bonito, de gente buena, trabajadora. Dormíamos con las puertas abiertas; no había quién te robara ni te molestara.
Los habitantes están asustados y encerrados. Los ranchos están abandonados. La mayoría, eran casas de fin de semana, de personas que venía de Monterrey a descansar, como Virginia Buenrostro Romero, de 53 años. El 13 de noviembre de 2010 decidió pasar un puente vacacional con su esposo, en su casa de campo del ejido La Esperanza. Al llegar –por la noche– se percató de que había luces encendidas y estaba ocupada por un grupo de 17 hombres y una mujer. A ustedes los estábamos esperando, les dijo un muchacho con metralleta.
Los tuvieron secuestrados tres días hasta que, sorpresivamente, el Ejército los liberó en una brecha donde los tenían encajuelados. Lamentablemente, su hija Jocelyn Mabel Ibarra, de 27 años, y su novio, José Ángel Mejía Martínez, de 28, ya habían ido a buscarlos a la casa, donde quedaban algunos delincuentes, y los plagiaron junto al chofer, Juan Manuel Salas Moreno.
También lo plagiaron
El encargado de la negociación fue su hijo David Joab Ibarra Buenrostro, de 28 años, quien fue a pagar el rescate, pero también lo secuestraron.
Desde entonces, los cuatro están desaparecidos. Virginia no ha dejado de investigar y ha podido comprobar cómo estaban involucrados policías federales, a quienes los plagiarios les dieron un sobre con dinero durante su cautiverio y observó cómo los soldados dejaron escapar al líder de la banda. Durante su cautiverio vio que los delincuentes repartían despensas a la gente. Somos soldados, pero sin uniforme. Somos los buenos, le dijo la mujer que la cuidaba.
Junto a un reducido grupo de mujeres, Virginia está protestando afuera del palacio de gobierno por la masacre de los 49. Ya no se puede vivir así. No quiero que les pase lo mismo a otras personas, porque es un martirio. Es como si trajera un cuchillo clavado y poco a poco me voy desangrando. Voy muriendo lentamente. Nos están torturando.
La vida en la plaza principal transcurre con aparente normalidad. Los convoyes del Ejército y la Policía Federal han empezado a llegar. Francisco Marroquín Lozano, de 75 años, habla con firmeza: ¿Para qué vienen aquí los soldados? Que vayan a los ranchos, que recorran las veredas. Allí están. Lo que habían de hacer es matarlos.

martes, 15 de mayo de 2012


Elecciones 2012
No se trata de arrebatar, sino de que paguen impuestos, dice la prima del dueño de Tv Azteca
Llegó la hora de que los que más tienen empiecen a repartir: Cristina Sada Salinas
Sobrina de Eugenio Garza Sada, es candidata del Movimiento Progresista al Senado por NL
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"Los ciudadanos ya no pueden tolerar este gobierno cínico y corrupto del PAN", dice Cristina Sada.Fotos: Sanjuana Martínez 

Sanjuana Martínez
 
Domingo 13 de mayo de 2012, p. 11
Siguiendo los pasos de su madre, considerada la aristócrata rebelde, Cristina Sada Salinas hace una propuesta insólita dirigida a los ricos, a la oligarquía, a los dueños de México: Ha llegado la hora de empezar a repartir. No se trata de arrebatar aquello que ha sido bien habido, sino de exigir a los que tienen más que contribuyan al desarrollo nacional. Ojalá cada día nos uniéramos más y fuéramos muchos.

La candidata al Senado por el Movimiento Progresista habla desde la convicción de las ideas y el compromiso social. Camina por los amplios jardines de la casa heredada de su abuela, en San Agustín, en el próspero municipio de San Pedro Garza García, Nuevo León. Si no lo entendimos por las buenas, lo estamos entendiendo por las malas. Para que todos estemos bien, nos debe ir bien a todos. El mexicano sin oportunidades de progresar, de ir a la universidad o de obtener trabajo, ya no puede más. Tenemos una máquina que constantemente se mueve fuera de la justicia; la producción de pobreza e ignorancia es mucho más grande que el rescate que pretenden hacer con sus obras asistenciales y de caridad, explica.
Nieta del magnate Roberto Garza Sada, presidente del grupo Vitro, y hermano de Eugenio Garza Sada, el capitán del llamado Grupo Monterrey, critica a los suyos. Pertenezco a las familias que endiosaban y siguen endiosando a la iniciativa privada porque da trabajos, pero no podemos seguir en este sistema de dominio de los fuertes contra los débiles. Estoy proponiéndoles que haya justicia en la distribución de los impuestos en México. Esta acumulación de riqueza es ilegítima si está exenta del pago de gravámenes, como sucede con más de 400 empresas, con acuerdos que se ratifican sexenio tras sexenio.
La rebelión contra su clase le viene de familia, concretamente de su madre, Irma Salinas Rocha, autora del libro Nostro grupo”, texto emblemático del mundo empresarial de Monterrey, que denuncia y desvela secretos de una cúpula concentrada en la acumulación de riqueza. Muestra los entresijos de una clase social intolerante, hipócrita, conservadora y llena de prejuicios.
Para esta clase social a que pertenezco los pobres son como invisibles, dice sin tapujos. En México ha prevalecido un sistema de dominio que se ha agravado con los gobiernos del PRI y del PAN. No podemos continuar con este modelo de poderosos contra débiles, sometiéndolos y explotándolos; utilizándolos y viéndolos sólo como mano de obra barata para enriquecerse.
Para ella, el PRI y el PAN son lo mismo. Los ciudadanos ya no pueden tolerar este gobierno cínico y corrupto del PAN; antes al excremento le ponían betún; ahora ni eso, es puro excremento de corrupción entre PRI y PAN. Me siento identificada con el pueblo que sufre, me duele el dolor ajeno. Me cuestionan que desde mis comodidades pretendo sentir; dicen que eso no es congruente. Que digan lo que quieran, yo no estoy engañando a nadie; no vengo de la pobreza, pero tampoco de la opulencia.
Destino manifiesto

Convencida de que está repitiendo el karma de su madre –fallecida hace tres años–, Cristina Sada, la quinta de ocho hijos, ha iniciado su campaña política enfrentando el rechazo inicial de familiares y extraños en su entorno, gente que poco a poco se fue convenciendo de las bondades del proyecto de nación de Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la izquierda. Mi mamá me dio todas las bases para esto que estoy viviendo con mi campaña. A diferencia de ella, que peleó por la herencia de sus hijos, yo no estoy peleando por la herencia de mis hijas, sino por lo que corresponde a los hijos de México. Me sale la indignación por lo que se está arrebatando al pueblo.
De llegar a convertirse en senadora, quiere dedicar su trabajo a defender a grupos vulnerables, erradicar la corrupción con nuevas leyes y lograr elempoderamiento ciudadano. Ha convertido el hogar de su madre, ubicado en Río Guayalejo 101, en la colonia del Valle, en su casa de campaña. Ha destinado su dinero para iniciar actos públicos, pagar la propaganda y la publicidad.

No llegan los recursos, y los que llegan son ridículos, dice con tono de resignación. Le cale a quien le cale, es la verdad. He hecho toda la campaña a tientas y sola. No he tenido apoyo de nadie de los que se supone deben apoyarme. Me dieron 100 mil pesos para una campaña, dinero que contrasta con los millones que tienen los otros candidatos, pero aquí estamos luchando por el cambio verdadero.
Los cambios nunca han sido fáciles, y a Cristina Sada le consta porque ha vivido las injusticias y el abuso de poder en su propia familia. Su padre, Roberto G. Sada Treviño, gerente de Vitro, murió en 1972, y desde entonces la familia sufrió una guerra sin cuartel que se agravó con la muerte de su abuelo. Fue cuando la familia Sada Salinas sufrió los despojos de la herencia. Murieron mis abuelos y la herencia quedó en las otras dos familias: Sada González y González Sada. Ellos se quedaron con el control de Vitro y Cydsa. A nosotros nos tocó muy poco. Quedamos completamente fuera. Todo se perdió. Resistimos cuando eso sucedió. Nos quejamos, demandamos pero, claro, no ganamos nada, sólo mucha exclusión social.
–¿Por qué el despojo de la fortuna?
–Porque después de un año de la muerte de mi padre, mi madre huyó y se refugió en Michoacán, donde se casó con el inapropiado (el pastor bautista Abraham Alfaro), el hombre que ella amaba, pero no era bien visto ni por la familia de mi padre ni por nosotros, sus hijos. Fue muy fuerte. Mi madre ya no era invitada, se le excluyó completamente. Unos años después, mi madre regresa.
–¿Y todo fue porque su madre se casó con el inapropiado?
–No era bien visto por muchas razones. La primera, porque su relación empezó desde antes de la muerte de mi padre, y la segunda, porque supongo no tenía el color apropiado, ni el código postal. Fue sumamente rechazado.
–¿Qué hizo su madre cuando se dio cuenta de que sus hijos fueron excluidos y despojados?
–Estaba desolada, porque había estado todo el tiempo con mi padre y lo acompañaba a todas las reuniones. Ella hizo las veces de esposa mientras mi padre se iba al trabajo. La mujer lleva 50 por ciento del mérito de un hombre exitoso. Después, mi madre se sentía culpable de que sus actos individuales, como mujer libre que era, de su amor o amorío con este hombre, habían sido, al menos, facilitadores para que la herencia no nos llegara a nosotros. Teniendo a una madre excluida, apestada, non grata, era más fácil que los hijos ya no tuvieran ningún derecho”.
Fue cuando Irma Salinas Rocha, hija de Benjamín Salinas Westrup, fundador –con Joel Rocha Garza– del complejo industrial que tiene las tiendas Salinas y Rocha, amenazó con contar la historia en un libro, contar las mezquindades, la doble moral y los presuntos delitos del grupo empresarial.
Pero la familia no la tomó en cuenta. Pensaron que no se atrevería. No hubo ninguna rectificación sobre la herencia. Mi mamá publicó el libro y fue un escándalo. Luego llegó la PGR y los incautó sin orden judicial, sin orden de cateo. Fue completamente ilegal. Fue una invasión total a nuestra casa.
Empezar de cero

Afortunadamente, con el paso de los años se logró la distribución del libro. También es una herencia que Irma Salinas Sada dejó a su hija: Ahora que ando en campaña recuerdo cómo ella me dijo que me iba a heredar esos libros. Fue el primer libro que desde adentro de una cúpula contaba lo que sucedía.
Después del despojo de los bienes de su familia, Cristina empezó su propio camino. De la opulencia de la casa de sus abuelos, donde la servidumbre servía en bandejas de plata y usaba guantes, pasó a buscar trabajo en la camioneta del chofer, que tenía un agujero en el suelo. “A la princesa se le cayó todo su show: ya no tenía mamá ni papa. Mis abuelos sólo nos daban a las tres nietas luz, agua, teléfono y una enfermera-nana. La herencia de mi padre estaba amarrada, no podíamos tocarla en cinco años”.
Dice que por eso se siente identificada con Scarlett O’Hara, protagonista de Lo que el viento se llevó, quien toma un puño de tierra y dice: Nunca más volveré a tener hambreYo fui esa guerrera sacando adelante a mis hijas; fui esa guerrera que quería dinero, que estaba muy enojada porque el otro mundo de la abundancia y plenitud se había acabado y por la injusticia que padecimos.
Educada en Estados Unidos y Europa, el colegio legionario Cecvac se negó a contratarla por estar divorciada; luego trabajó un año en la Cámara de Comercio Americana y después conoció a su segundo esposo, con quien tuvo a sus tres hijas; fue un matrimonio que duró 20 años.
Cristina construyó empresas de ropa y bienes raíces, para finalmente incursionar en la educación. En medio del entorno educativo dominado por los Legionarios de Cristo, el Opus Dei y otras órdenes religiosas, fundó un colegio laico: el San Roberto. Lo construyó en los terrenos de lo que fue la pista de aterrizaje del aeropuerto privado de su padre, en San Agustín, y luego los colegios San Agustín y Valle Alto. Generó 600 empleos y tenía 2 mil 350 niños cuando se retiró, hace cinco años.
Corregir el error
En 2006, Cristina Sada fue influenciada por la guerra sucia contra Andrés Manuel López Obrador, patrocinada en parte por su primo Ricardo Salinas Pliego, en Tv Azteca, donde tienen vetadas las ideas progresistas, dice. Cuenta que acudió a las urnas con miedo: Me tembló la mano; confieso haberme equivocado. Le di mi voto a Patricia Mercado.
Pero su madre estaba convencida de que había llegado un giro de esperanza para los más pobres de México con la opción de Andrés Manuel López Obrador.Las fuertes críticas de la familia contra su candidato no la detenían en su propósito, sólo la salud, que sí le falló ese día para cumplir su deber ciudadano, contó Cristina en su funeral, hace tres años.
Ahora esta segura de estar en el camino correcto. Recorre las colonias pobres, las zonas rurales, habla con los campesinos, los obreros, los discapacitados y se reúne con organizaciones no gubernamentales en defensa de los derechos humanos:
Esta campaña es como un doctorado en humanidades. Necesitamos un despertar de la conciencia humana. No todos estamos llamados a la austeridad de los franciscanos, pero todos estamos llamados a abrirnos a las necesidades del otro. Mientras no hagamos ese cambio de conciencia, de ver que las necesidades de los demás son tan importantes como las nuestras, seguiremos en este camino de degradación del tejido social de México.

lunes, 7 de mayo de 2012


"Me equivoqué con AMLO, pensé que era un rijoso"
El candidato no es estatista, sino sensible a los problemas
Industrial exitoso, colaborador de gobiernos priístas y panistas y hoy hombre cercano al abanderado de la coalición Movimiento Progresista, Romo expone sus razones para apoyar al político tabasqueño y da a conocer sus opiniones sobre Enrique Peña Nieto y Josefina Vázquez Mota
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El empresario Alfonso Romo    Foto: Sanjuana Martínez
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Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 6 de mayo de 2012, p. 8
Alfonso Romo Garza: Fui irresponsable. Me equivoqué con Andrés Manuel López Obrador. Pensé que era un rijoso de los años 70. Ahora estoy convencido de que será un gran presidente de México.
Apoyó a Felipe Calderón en 2006 y fue parte de la operación empresarial para evitar que López Obrador llegara a la Presidencia, pero Alfonso Romo se dio cuenta de su error: El resultado es que México vive una inseguridad brutal. Las cifras son muy tristes y la realidad un horror. Tenemos libertad para votar, para poner negocios, de expresión, pero no para ir al súper.
Sin rodeos y de forma contundente, el empresario, quien posee una de las fortunas más grandes de México, confía en los resultados del debate electoral y admite que estaba errado. Ahora que lo conozco, me pregunto: ¿cómo no lo conocí antes? Fui muy irresponsable. Definitivamente, me equivoqué. Y rectifiqué. Estoy convencido de que es un hombre maduro, que conoce todos los Méxicos, todos los liderazgos. Es un político sabio, el mejor candidato y será un gran presidente de México.
Está sentado en un sillón de su oficina, en el edificio del grupo financiero Vector, que tiene presencia en 17 países. Frente a él hay una foto de gran tamaño, en blanco y negro, que acaban de regalarle para mostrar el gran parecido que tiene con sus antepasados. Se trata de Francisco I. Madero y de su bisabuelo, Gustavo A. Madero. “Me la mandó un amigo, quien me dijo: ‘Te acabo de ver, estás igualito a tu bisabuelo’”, comenta antes de una sonora carcajada.
La vena revolucionaria y social está claramente definida en la vida de Romo Garza, nacido en el Distrito Federal en 1950. Por eso no le extraña ser parte del proyecto de nación de López Obrador. Mi familia siempre ha sido muy sensible a las causas sociales. Mi mamá fue una mujer muy íntegra y siempre preocupada por los demás. Desde chiquitos nos llevaba a misiones y todos los jueves íbamos a hacer asistencia.
Luego se fue a vivir a Monterrey con su abuela, Carolina Madero, hija de Gustavo A. Madero, quien le enseñó el concepto de lealtad y servir a los demás. Se graduó en el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey como ingeniero agrónomo. Pero la doctrina social fuerte le viene de los jesuitas. Estudió en el colegio Patria, donde hizo la primera alianza política para lograr desterrar del poder a la sociedad de alumnos oficial del plantel. Estudiaba la preparatoria y fundó la planilla Revolución. Dos días antes de las elecciones se fusionaron con el grupo Verdad, para que su amigo Carlos Rico ganara.

Si lo pones todo eso junto, cuando te enseñan a respetar la dignidad de la persona, te haces sensible. Siempre he estado preocupado por un país que tenga un desarrollo social sin tantas diferencias. Si estudié agronomía no fue porque me gustara la tecnología, sino porque era la única forma de llevar progreso al campo. A todo lo hecho en mi vida le he tratado de dar sentido social.
Tal vez por eso Andrés Manuel y Alfonso Romo se entendieron desde que se conocieron, el año pasado, gracias a Dante Delgado, presidente de Convergencia, quien los presentó. Estuve platicando con él cinco horas y me encantó. Me gustó mucho cómo vive, su austeridad, su congruencia. Me impresionaron mucho su familia, su esposa. De ahí nació esta relación.
Le dijo que había tres cosas que no le gustaban: su proyecto de nación, su equipo y el plantón sobre Reforma. Me dio muy buenas respuestas. De ahí salí y me dije: voy a hacer un análisis como si fuera a comprar un negocio. Voy a analizar cómo gobernó, con quién, el estado de derecho. El resultado fue contundente: gobernó muy bien, bajó el gasto y el ahorro lo destinó a tejido social. Hoy se vive mejor en el Distrito Federal que en Monterrey. Hizo mucha obra. En fin, así lo conocí y así me fui convenciendo, con hechos.
De los negocios a la política

La Macroplaza está repleta. Hay miles de personas. Los gritos de presidente, presidente, retumban en el palacio de gobierno de Nuevo León. Alfonso Romo está al lado del candidato a la Presidencia por la coalición Movimiento Progresista. Es la primera vez que toma el micrófono en un mitin. Lo hace con vehemencia y pasión: Estoy aquí para testificar. Vengo por convicción personal, porque hoy necesitamos un hombre honesto en la Presidencia. Estoy aquí por su liderazgo, por su carácter. Andrés Manuel no se va a rajar. Él puede ser el puente para que los mexicanos tengan igualdad y seguridad.
Desde su oficina, Romo Garza recuerda con emoción aquel intenso momento, que aprovechó para hablar sobre el campo: Siempre he llamando la atención sobre la riqueza que se podía crear para miles de personas abandonadas en el campo. El campo, en México, es un desastre, una irresponsabilidad. Tenemos un país rico y un campo abandonado. Hoy, estar en el campo es muy buen negocio. Necesitamos alimentar al mundo.
Y sabe de lo que habla. En 1994 fundó Seminis, multinacional de agrobiotecnología que llegó a controlar 30 por ciento del mercado mundial de semillas de vegetales. También creó asociaciones con productores de tabaco en su emblemática Cigarrera La Moderna. En 1991 me pregunté: ¿cómo le podemos dar sentido social a una industria que no tiene aceptación, ni social, ni moral, ni de nada, una industria que es criticable? Fue cuando me uní a pequeños productores para hacer unidades económicamente productivas.
Empezaron con una fórmula de módulos de 60 hectáreas y llegaron a sembrar 18 mil. Quien trabajaba tenía sueldo, y quienes no, venían por sus dividendos después de cada cosecha. Ellos tenían ganancias de .7 salarios mínimos por hectárea al año. Después de año y medio en el módulo llegaron a ganar siete sueldos por hectárea al año y teníamos dos cosechas anuales. El efecto fue demostrar a los campesinos que si aportaban su tierra y nosotros capital para traer la tecnología adecuada podían multiplicar sus ganancias significativamente.
Aclara su presencia en Chiapas: De esas 18 mil hectáreas, 3 mil 500 estaban en Las Margaritas, en 1994. Aparece el movimiento zapatista. ¿Qué pasó? Nunca tocaron ni un metro cuadrado. Nunca invadieron. Cuando hay respeto, todos progresamos.
–Fue muy criticado por introducir transgénicos.
–Lo que es la vida. Me salí del tabaco porque era un producto que socialmente enfrentaba muchos ataques (vendió Cigarrera La Moderna a British American Tobacco por mil 700 millones de dólares). Me fui al mercado de las semillas y coincidió con los ataques contra los transgénicos, totalmente infundados. Pero al final, el miedo es una campaña que da resultados.
Finalmente vendió Seminis por 350 millones de dólares al fondo estadunidense Fox Paine con la multinacional Monsanto: No fueron los ataques a los transgénicos lo que me hizo vender. Fue porque nos indigestamos de haber comprado tantas cosas al mismo tiempo. No tenía productos con transgénicos, porque para los vegetales la tecnología era muy costosa, pero nos arrastró esa imagen en publicidad. Pero en ventas, nunca. El problema fue que al consolidar 17 compañías en todo el mundo, mil investigadores, compramos 600 años de investigación y manejábamos miles de variedades. El poder depurar todo eso para hacerlo limpio y rentable nos costó más tiempo. Al final, lo hicimos muy productivo y se lo vendimos a Monsanto.

Ahora tiene otros negocios en el campo, con más tecnología y más visión de futuro, transformando los suelos. Tiene 2 millones de hectáreas en la península de Yucatán, que ha logrado transformar. Esa zona está sobre agua, tierras calizas y rocosas que, con microorganismos, en seis meses convertimos en suelo fértil. Es el proyecto con más impacto social que he tenido en mi vida profesional. México tiene una superficie de riego de apenas 5 millones de hectáreas. Este proyecto puede llegar a ser el granero de México.
También ha invertido en educación, porque está convencido de que es una de las vías para sacar a México del subdesarrollo. Es dueño de centros educativos para gente de niveles socioeconómicos más bajos, como la Universidad Metropolitana, en Monterrey, y la Universidad de la Concordia, en Aguascalientes, y está empezando otra en León, Guanajuato. Estoy en muchos sectores, pero aquí está mi corazón.
Fundó el Grupo Pulsar en 1991 y consiguió ventas por más de 2 mil millones de dólares, pero los negocios también le han generado conflictos familiares.
Se peleó con su ex socio y suegro, el empresario regiomontano Alejandro Garza Lagüera, con quien vivió un largo e histórico litigio por supuestos malos manejos accionarios.
–¿Ya se reconcilió?
–No.
–¿Tienen relación?
–Esas son cosas personales. Le prometí a mi esposa, después de 2007, no volver a tocar el tema, por respeto a ella.
–¿La vida ha sido justa con usted por aquella acusación?
–La vida, a todos, nos pone en nuestro lugar, para bien o para mal. Y si no ahora, en 20 años, pero siempre llega la verdad. Mi verdad siempre ha estado ahí. Estoy tranquilo en mi casa, con los que me rodean en el trabajo, con 99 por ciento de la gente.
Por la victoria

Alfonso Romo no pierde la sonrisa ni cuando se le hacen preguntas incómodas. Viste camisa beige y pantalón color crudo. Sencillo, afable, optimista empedernido, tiene el cabello cano y bigote abundante. Es delgado y de estatura media. Su cuerpo, claramente, es el de un jinete, entregado a su otra gran pasión, además de la política: los caballos de carreras.
Es propietario del Club Hípico La Silla y promotor del salto ecuestre de alta competición. Actualmente se encuentra en el número uno del ranking mundial. “Me encantan los caballos, competir. Es mi pasión. Era un hobbie y lo convertí en algo que se sostuviera. Ahora crío caballos de alta calidad, muy reconocidos, y los exporto como si fueran tomates mejorados. Pero me divierto muchísimo más que con los tomates (risas).
Ha podido compartir con López Obrador sus proyectos. Incluso han estado juntos en la península de Yucatán, donde le mostró sus tierras. Siempre ha intentado participar con gobiernos preocupados por el desarrollo integral del país.
–Usted colaboró con gobiernos priístas, panistas y ahora de izquierda. ¿No teme que cuestionen su ideología?
–He participado en gobiernos priístas y panistas por una razón: quiero a México. Y porque siempre le he ayudado a todo mundo. En México hay que crear riqueza. Cuando se crea, a todo mundo salpica, se distribuye sola. No creo en los partidos, sí en las personas. Hoy, ningún partido tiene ideología extremista. Todos son iguales. Andrés Manuel no es un estatista. Es un hombre sensible a los problemas, a los 58 millones de mexicanos que viven en pobreza extrema. Es el único que se ha detenido en toda su historia por los más necesitados. Es un hombre muy sensible, culto.
–¿Cómo reducir la pobreza?
–Creando riqueza, las condiciones de confianza para que todos nos sintamos cómodos e invirtamos donde queramos. La misión de los empresarios es crear más empresarios; los empleos vienen solos.
–¿Qué siente cuando le dicen que hay 58 millones de pobres?
–Es inmoral tener esos pobres, no lo podemos aceptar. Hago más proyectos en el campo, en educación, para poner el ejemplo con mi granito de arena. Y los hago socios para que tengan doble beneficio.
–Cuando conoció a López Obrador, ¿le dijo algo sobre su presencia en la llamada guerra sucia?
–Yo saqué el tema. Le dije que en 2005 hice un movimiento –Acción Ciudadana– y quisimos armar una bisagra con dos partidos: el Panal y Convergencia, para tener un candidato y asegurarnos de que López Obrador no llegara a la Presidencia. Sí, es cierto.
–¿Participó en la guerra sucia?
–Nunca acepté. Publiqué un desplegado en 2005 diciendo que no era el momento, cuando el desafuero. No lo conocía, pero en las democracias se gana o se pierde, no se descalifica nunca. Nunca estuve de acuerdo.
–¿Quién lo invitó a formar parte de la guerra sucia?
–Todos los panistas, todos los empresarios. Había miedo. Y yo dije que no. Una cosa es contender y otra hacer guerra sucia. Así, no. Me abstuve de eso, aunque siempre me consideraron parte, pero no. Es cierto, no quería que Andrés Manuel llegara al poder, porque tenía una percepción equivocada.
–¿Cree que llegará al poder esta vez?
–La contienda está muy compleja, muy competida. Tengo la seguridad de que vamos avanzando muy bien, creando conciencia, provocando el diálogo, el análisis, que lo conozcan.
–¿Hay un grupo de multimillonarios que están apoyando a Enrique Peña Nieto?
–Está muy dividido. Hay gran confusión. Todo lo que rodea a Peña Nieto no me gusta, ni su pasado ni sus padrinos.
–¿Sería una tragedia que el PRI volviera a Los Pinos?
–No me gustaría. Por eso estoy tan activo.
–Pero ahora vemos a los empresarios panistas reunirse con el candidato del PRI.
–Ellos siempre se han reunido con todos. Los empresarios grandes se sientan con todos. A ellos les pagan por hacer florecer los negocios. Tienen que sentarse con todos, porque ellos, llegue quien llegue, van a seguir aquí. También lo hacen los medianos y chicos. En esta cultura mexicana todos se van acomodando.
–¿Y a Josefina Vázquez Mota la van dejando sola?
–La veo muy... es una muchacha que por algo llegó ahí, pero para ser presidente, con los problemas que tenemos, se necesita una persona con experiencia, y ella no la tiene. Te digo más: ninguna empresa la contrataría para ser manejada por ella”.
–¿Usted también es amoroso?
–Si amoroso es respetar al prójimo, sí. Siempre lo he respetado. Si amoroso es tratar de provocar un desarrollo integral de todas las familias de México, sí.
–¿Cree que López Obrador será el primer presidente progresista?
–Sí, esperemos. Es un hombre muy sincero, habla con el corazón, actúa congruentemente. No es dogmático, no tiene ideología, es práctico. Otra cosa: ya tiene 60 años. Está maduro. A los 60 cambiamos mucho, nos volvemos amorosos.