martes, 28 de septiembre de 2010

¿Informar o morir?



¿Qué harías ante el dilema de plata o plomo?
Aceptas corromperte o te asesinamos. Esa es la disyuntiva en la que se encuentran muchos periodistas mexicanos.
Cuando empecé a escribir este blog hace dos años inicié el recuento de los colegas periodistas asesinados y desaparecidos. Era necesario ponerle rostro a cada uno de ellos con nombres y apellidos. México es el país más peligroso para ejercer el periodismo en América y el segundo a nivel mundial.
La situación ha ido a peor. Las agresiones contra periodistas eran y son cotidianas. Por eso mi blog se llama "agresiones cotidianas". Algo que lejos de cambiar se intensifica.
El último episodio de violencia es el asesinato de Luis Carlos Santiago Orozco reportero gráfico de 21 años del periódico "El Diario" de Ciudad Juárez. Los periodistas estamos hartos de trabajar en el clima de inseguridad y vulnerabilidad que padecemos. Tal vez por eso, en un editorial inédito, "El Diario" pidió una tregua al crimen organizado para que cese la violencia contra los periodistas.
La impunidad es endémica. El 90 por ciento de los más de 60 asesinatos no han sido resueltos. Felipe Calderón ha hecho caso omiso a todas las demandas y suplicas de justicia. Ha permanecido indolente ante el angustiante devenir cotidiano que enfrentan los periodistas mexicanos para realizar su trabajo.
Por eso el editorial de "El Diario" se dirige al otro Estado, al narco Estado que controla México: "Ustedes son, en estos momentos, las autoridades de facto de esta ciudad, porque los mandos instituidos legalmente no han podido hacer nada para impedir que nuestros compañeros sigan cayendo". 
El editorial ilustra perfectamente la indefensión en la que viven los periodistas. Se titula "¿Qué quieren de nosotros" y se dirige a ellos a los que dominan el territorio nacional en connivencia con las autoridades: "Somos comunicadores, no adivinos.... Queremos que nos expliquen qué es lo que quieren de nosotros. Es imposible ejercer nuestra función en estas condiciones. Indíquenos, por tanto, qué esperan de nosotros como medio... Esta no es una rendición... se trata de una tregua para con quienes han impuesto la fuerza de su ley, con tal de que respeten la vida de quienes nos dedicamos al oficio de informar".
Pero el crimen organizado ha penetrado las instituciones y convive con las policías, el ejército, los partidos políticos, los ayuntamientos, los estados, la dependencias... Son ellos los que deciden quién informa y quién no. Muchos colegas no saben porque son amenazados y otros ignoran la razón por la cual asesinaron a tal o cual periodista. La mención de un nombre, la ilustración de una nota con la foto equivocada, la crónica de una balacera, la nota escueta de un crimen...en estas circunstancias de indefensión cualquier cosa puede acabar con la vida de un periodista.
La situación arde de caliente y lo venimos diciendo, informando, denunciando y gritando desde hace años, pero la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) centra sus denuncias en Cuba y Venezuela. Fustiga a Hugo Chávez y a Fidel Castro al igual que otras organizaciones internacionales que se supone son independientes y están para defender los intereses de los periodistas. Tanto Cuba como Venezuela son dos casos emblemáticos de violación a las libertades de prensa, expresión e información. Pero yo me pregunto porque no denuncian con igual insistencia, tenacidad y firmeza a Felipe Calderón Hinojosa... ¿Será porque es un presidente de derechas?
La SIP esta dirigida ahora por Alejandro Aguirre subdirector del Diario de las Americas de Miami y comprendo que exista una animadversión contra Castro que quizá es legítima, pero no entiendo que el trabajo de una organización se centre en criticar a los "gobiernos indecentes" de izquierda incluidos los Kirchner en Argentina y se limite a hacer declaraciones tibias con respecto a presidentes como Felipe Calderón mientras en México los asesinatos, desapariciones y agresiones contra periodistas es cotidiana, al igual que la censura y la autocensura.
He pensado que tal vez las subvenciones o apoyos financieros que Estados Unidos o concretamente el Departamento de Estado proporciona a algunas organizaciones internacionales de periodistas, medios o editores condicionen su independencia. Y me entristece muchísimo la simulación. La cobardía de enfundarse en la bandera de la libertad para vapulear a algunos y tolerar a otros solo por cuestiones ideológicas.
La SIP y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) se reunirán el próximo miércoles con Felipe Calderón y los periodistas mexicanos esperamos mucho de esta reunión. Queremos que sus dirigentes alcen la voz por los muertos y desaparecidos. Que se dejen de tibiezas con comunicados demagogos en los que dicen que la situación de México es producto de un "proceso global de la región". Queremos firmeza y exigencias claras: fin de la impunidad, reformas estructurales para federalizar los crímenes contra los periodistas, esclarecimiento de los casos, desaparición de la fiscalía o dotarla de los recursos y atribuciones necesarias para cumplir con su deber, fin de la censura gubernamental, medidas cautelares para los periodistas amenazados, incremento en las penas de atentados y asesinatos a periodistas.... Y muchas cosas más.
¿Qué más quiere la SIP para exigirle justicia a Felipe Calderón? ¿Necesitan más periodistas muertos sobre la mesa?... Queremos que la SIP grité tan fuerte con Calderón como lo hace contra Chávez y Castro.
Los periodistas mexicanos lo merecemos.

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